Malas noticias de cara al futuro. La OCDE ha confirmado las peores previsiones y ha rebajado el crecimiento de España en 2023, avisando de que la creación de empleo será nula. La rebaja es menos pronunciada que la que se dio en septiembre y va acompañada de una revisión al alza de tres décimas en la estimación de este año
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En apenas dos meses, la OCDE ha cambiado sus perspectivas de cara al próximo año. Y es que, tal y como ha informado, ha rebajado las previsiones hacia España, dando un duro golpe al Gobierno central.
La situación económica española, y también en el conjunto de Europa, se sigue deteriorando, perdiendo poder adquisitivo las familias debido a la inflación y a la menor demanda externa por la desaceleración de los socios comerciales, lo que tendrá también un claro y notable impacto sobre el mercado laboral, ya que el frenazo económico provocará que la creación de empleo sea nula.
Así las cosas, el Producto Interior Bruto (PIB) avanzará este año un 4,7%, mientras que en 2023 apenas repuntará un 1,3% y en 2024, un 1,7%. El resultado de este conjunto de cifras es que la economía española seguirá sin volver a los niveles de PIB previos a la pandemia hasta, al menos, comienzos de 2024. Queda más de un año para ello cuando la media de la Eurozona lo hizo ya al cierre de 2021.
La inflación seguirá golpeando a las familias, ya que el dato esperado para este año es del 8,6% y el próximo se mantendrá todavía en el 4,8%. en 2024 y, esto es muy relevante, la cifra seguirá en ese nivel. La tasa de paro, por su parte, retrocederá este año del 14,8% al 12,9%, y ahí se quedará anclada ya que la cifra prevista para 2023 es también exactamente la misma. En 2024 habrá un ligero retroceso al 12,7%. El mercado laboral, avisa la OCDE, se paralizará.
Por su parte, el pasivo público se mantendrá por encima del 110% del PIB en todo el periodo analizado, y llama la atención que entre 2022 y 2023 apenas habrá reducción: el dato en ambos año será del 115%. El déficit cerrará este año muy cerca del 5%, caerá al 4,2% en 2023 y será del 3,7% en 2023.
Estas cifras constatan lo que tantas veces han denunciado la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) y el Banco de España: que el Gobierno no hace absolutamente nada para contener la deuda, y que la reducción relativa en términos de PIB que se produce es por el propio crecimiento del Producto.
La revisión negativa de la OCDE, además, se suma a la que recientemente también han acometido la Comisión Europea o el Banco de España o servicios de Estudios como BBVA Research o Funcas. Todos ellos han constatado, además de lo complejo del momento, que las estimaciones que el Gobierno plasmó en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) se han quedado totalmente desfasadas antes incluso de que se aprueben las cuentas públicas.
El Gobierno estima que al crecimiento en 2023 será del 2,1%, cifra que por ejemplo más que dobla la previsión de Bruselas. Además, defiende que la vuelta de los niveles de PIB de 2019 se volverán a alcanzar en la segunda mitad del próximo año, y estima que la deuda pública se reducirá en tres puntos de PIB, hasta el 112%, con un déficit del 3,9%. Ningún organismo sostienes estas mismas afirmaciones.
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