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Alto Directivo. La rentabilidad de los depósitos caen al nivel más bajo de toda la crisis. Atrás quedan periodos en los que se llegaron a ver rentabilidades superiores al 6% y hoy pocas son las entidades que son capaces de alcanzar un 3%.
¿Qué ha cambiado en los últimos años?
Los bancos han pasado en un corto periodo de tiempo de ser ángeles a demonios. Las graves dificultades de muchas entidades financieras, y ahora concretamente con la nacionalización de Bankia, muestran el radical cambio que ha vivido el interés ofrecido a los ahorradores. Sin ir más lejos, Caja Madrid, ahora integrada en el Grupo BFA (conjunto de cajas de ahorro unidas tras la pasada reforma financiera) llegó a ofrecer una rentabilidad del 6% con su ‘barrilete cósmico’.
Este y otros depósitos comenzaron la llamada ‘guerra por el pasivo’ que desencadenaron ofertas que incluso podían poner en peligro el conjunto del sector financiero español. Ante este panorama, el Gobierno decidió aprobar una normativa por el cual se penaliza los depósitos con retribuciones por encima de la media, con lo que poco a poco ha ido reduciendo ese interés hasta el punto de caer por debajo del 2,5% de media, el nivel más bajo de toda la crisis.
En la actualidad y con esta penalización, pocos son las entidades que se aventuran a elevar sus rentabilidades por encima de la media. Destaca en el primer puesto el portugués Banco Espíritu Santo, con un interés del 4,16%, una entidad que pertenece a uno de los países que fue rescatado por el FMI y la UE y que trata de obtener financiación externa a la que ha ofrecido el BCE en las últimas emisiones, en las que ofrecía una barra libre de liquidez a todos los bancos europeos. Esta barra libre también ha sido uno de los principales motivos por el cual ha bajado la rentabilidad de los depósitos.
Tras esta entidad portuguesa, aparecen curiosamente dos entidades ya intervenidas por el Estado. La CAM y Bankia ofrecen intereses por encima del 3%, situándose en el segundo y tercer puesto del pódium de rentabilidades.
Otros productos ganan fuerza
Con la guerra del pasivo acabada, los ahorradores buscan altos intereses en otros productos. Pagarés o incluso deuda del Estado (en forma de letras del Tesoro, Bonos etc) se han convertido en los nuevos productos preferidos por sus atractivas ganancias.
En definitiva, los ahorradores se decantan menos por los depósitos ante las menores ganancias que aportan, a favor de otros productos que han elevado el beneficio y que cada vez más atraen a nuevos inversores.