Disminuye el tráfico de barcos durante el primer semestre, a niveles de 2006. En diez años ha conseguido atraer buques más grandes y de mayor capacidad
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Una década prodigiosa. Así se podría definir la progresión del Puerto de Barcelona durante los últimos diez años en términos de crecimiento, donde la infraestructura catalana se ha erigido como el primer puerto de cruceros de Europa y cuarto en el mundo.
Barcelona ha conseguido fijar el rumbo del sector y establecerse como base de las principales navieras del mundo, sobre todo durante la temporada veraniega. Entre tanto, la capital catalana ha logrado otros dos hitos que atestiguan el impacto directo que tiene la industria en la ciudad, de 442,5 millones, según un estudio reciente de la Universidad de Barcelona.
Por una parte, el Puerto ha desestacionalizado su oferta, y en diez años, ha duplicado la llegada de pasajeros por mar durante el primer semestre del año. Además, la infraestructura portuaria lo logró con el menor número de barcos desde 2006. La prueba más vehemente es que con prácticamente el mismo número de barcos, Barcelona recibió casi un 40% más de cruceristas.
Desestacionaliza la oferta
Si Barcelona recibió 460.085 cruceristas entre enero y junio del año 2006, en el mismo periodo de tiempo de este ejercicio, esa cifra se ha más que duplicado, superando el millón de pasajeros, un 1,32% más que en 2015. Estos datos sitúan al puerto catalán como el único que crece entre los más transitados del país, por delante de Baleares, Valencia y Málaga.
A pesar del crecimiento sostenido de cruceristas, el número de buques que llegan al puerto catalán es el más bajo de la década durante el primer semestre, a niveles de 2006 y un 5% menor que en 2015. Este dato es un fiel reflejo de la evolución que ha sufrido la infraestructura que dirige Sixte Cambra.
Número de cruceros en el primer semestre
Menos buques, pero más grandes y con mayor capacidad. Prueba de ello es que desde 2014, el Puerto de Barcelona recibe a los cruceros más grandes del mundo como Harmony of the Seas, el buque insignia de Royal Caribbean, de 227.000 toneladas; así como otras naves tales como Allure u Oasis, también de la firma con sede en Miami.
No sólo Royal Caribbean tiene presencia, el grupo Carnival o Norwegian Cruises Line también tienen Barcelona como una de sus principales plazas. Es por ello, que el sector está más que preocupado ante las medidas que quiere aplicar la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau. De hecho, Colau quiere cobrar un impuesto a los cruceristas aunque estos no pernocten en la ciudad, similar a la tasa turística que ya se recauda entre los turistas que visitan Cataluña.
En términos generales, los cruceros marcaron un récord histórico en 2015 al superar los 8,4 millones de pasajeros en España y, según las previsiones de las autoridades portuarias, este año transportarán más de 8,6 millones de pasajeros.
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