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El centro de estudios y divulgación del Grupo Adecco, Adecco Group Institute, ha presentado una nueva entrega del Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo que, semestralmente desde hace once años, profundiza en el grado de satisfacción de los trabajadores y trabajadoras españoles, así como en las oportunidades laborales del mercado de trabajo.
Para la realización del informe se toman en consideración cinco áreas fundamentales en el entorno laboral de las personas como son la remuneración, la seguridad laboral, las oportunidades de empleo y desarrollo profesional, la conciliación entre la vida personal y la profesional y la conflictividad laboral.
En total, se analizan 16 subvariables diferentes. En esta segunda entrega semestral del Monitor nos centramos en los apartados de conciliación y oportunidades de desarrollo.
Ya van siete trimestres consecutivos en que el número de teletrabajadores en España se reduce en la comparación interanual. En el cuarto trimestre de 2022 se contaron 2,56 millones de personas que trabajaron al menos ocasionalmente desde su hogar, cifra que es un 6,5% más baja que la de un año antes. La proporción de teletrabajadores en el total de ocupados, tomando como referencia la media móvil de cuatro trimestres, ha descendido 1,7 puntos porcentuales en la comparación interanual, hasta el 12,7%. Es el dato más bajo desde junio de 2020.
Antes de la pandemia, el número de teletrabajadores era de 1,64 millones. Esa cifra se más que duplicó, alcanzando un máximo de 3,55 millones en el segundo trimestre de 2020 (el del confinamiento domiciliario). Que ahora haya 2,56 millones de personas que trabajan al menos ocasionalmente desde su hogar significa que aproximadamente la mitad de los teletrabajadores surgidos por la pandemia volvieron a trabajar exclusivamente de modo presencial. Lo mismo se puede ver a través de la proporción de teletrabajadores en el total de ocupados: el 12,7% actual está a mitad de camino entre el 8,3% del final de 2019 y el máximo del 16,2% del primer trimestre de 2021 (recuérdese que trabajamos con la media móvil de 4 trimestres, motivo por el cual el pico del segundo trimestre de 2020 ejerce su influencia hasta tres trimestres después).
A día de hoy, el teletrabajo es fundamentalmente un fenómeno madrileño y, en menor medida, catalán. A pesar de que la Comunidad de Madrid alberga al 15,6% del total de ocupados, tiene al 23,8% de todos los teletrabajadores del país. Cataluña, con el 17,2% de los ocupados de España, tiene el 19,3% de todos sus teletrabajadores. Así, entre ambas autonomías, poseen el 32,8% de todos los ocupados, pero alcanzan al 43,1% del colectivo de teletrabajadores españoles.
Nueve comunidades autónomas muestran una reducción interanual del número de teletrabajadores: Extremadura (-29,2% interanual), Baleares (-25,7%) y la Comunidad de Madrid (-14,6%) muestran los recortes más pronunciados. El descenso de Madrid, donde también se acumulan siete trimestres consecutivos de caídas, sugiere que el retroceso del teletrabajo podría no haber concluido.
Sin embargo, también hay ejemplos de incrementos significativos en la cantidad de personas trabajando al menos ocasionalmente desde su hogar. Son los casos de Cantabria (+32,1%), Navarra (+11,8%) y, en menor medida, del País Vasco (+8,4%) y la Región de Murcia (+6,9%).
En todo caso, cuando observamos la evolución de la media móvil de cuatro trimestres, ni siquiera esos incrementos logran evitar que 14 autonomías presenten una reducción interanual en su proporción de teletrabajadores.
Madrid permanece como la comunidad con mayor desarrollo del teletrabajo. Un 20,4% de sus ocupados dice trabajar al menos de manera ocasional desde su hogar, proporción que resulta 3,9 puntos porcentuales más baja que la de hace un año y el mayor recorte a nivel autonómico. Le sigue Cataluña, con un 14,1% de teletrabajadores (-2,9 p.p.). Ambas son las únicas regiones que superan la media nacional.
Galicia (12,1%; -1 p.p.) y la Comunidad Valenciana (12%; -0,4 p.p.), son las siguientes comunidades con mayor implantación del teletrabajo.
Hace un año, solo había dos regiones en donde el teletrabajo alcanzaba a menos del 9% de los ocupados. Ahora son seis las regiones en tal situación. Los porcentajes más bajos corresponden a La Rioja (7,5%, con un descenso interanual de 1,9 p.p.), la Región de Murcia (8%; -1,2 p.p.) y Castilla-La Mancha (8,3%; -1,5 p.p.).
Una comparativa con los datos de otros países europeos sugiere que el teletrabajo empezó a descender en España ya en 2021, no solo antes de que alcanzara niveles homologables con los de los países más avanzados de la UE, sino mientras el teletrabajo continuaba en ascenso en los países de nuestro entorno.
Así, pese a que la proporción de teletrabajadores es ahora significativamente más alta que en 2019, antes de la pandemia, la situación relativa española es, en este terreno, peor que entonces. Otra forma de llegar a la misma conclusión es constatar que, en 2019, el porcentaje de teletrabajadores de España resultaba 6,2 puntos porcentuales más bajo que la media de la UE-27 (8,3% y 14,5%, respectivamente). A finales de 2022, la brecha se ha ampliado a 7,9 p.p. (12,7% y 20,6%, respectivamente).
Entre los 20 mayores países de la UE, España ocupaba el puesto 14 en cuanto a la penetración del teletrabajo en 2019; ahora ocupa el puesto 16. En todos los países prevalece una lógica normalización del teletrabajo, tras el anormal 2021, cuando aún había incertidumbre acerca de cuánto tiempo más durarían las diversas restricciones para combatir la pandemia.
Sin embargo, 11 de los 20 países analizados (entre ellos Alemania, Bélgica, Francia, Holanda, Grecia y Portugal) se mantienen por encima de sus niveles de 2020. Entre los 9 países que en 2022 tuvieron una proporción de teletrabajadores inferior a la de 2020, hay cinco en los que al menos 1 de cada 4 ocupados trabajan ocasional o frecuentemente desde su hogar (es decir, tienen una proporción de teletrabajadores que al menos duplica la de España; son los casos de Dinamarca, Luxemburgo, Austria, Finlandia y Suecia). El caso español se asemeja a los de Italia, República Checa y Polonia, donde la proporción de teletrabajadores no supera el 14% y fue en 2022 inferior a la de 2020.
La proporción de ocupados a tiempo parcial no crece desde 2014. En los 32 trimestres que han pasado desde entonces, 29 se han saldado con descensos interanuales en esta proporción y los tres restantes no han tenido cambio alguno. Si al final de 2014 trabajaba a tiempo parcial el 15,9% de los ocupados, ocho años después esa proporción es de un 13,5%. A lo largo de este período se han creado 2,93 millones de puestos de trabajo de tiempo completo, pero la cantidad de ocupados a tiempo parcial ha disminuido en 38.700 personas, hasta los 2,78 millones actuales. La proporción actual de ocupados a tiempo parcial es la más baja desde junio de 2011.
En los últimos doce meses, sin embargo, se han ganado 43.700 empleos de este tipo; al mismo tiempo, se han creado también 235.300 puestos de tiempo completo. Es decir que el 15,7% del empleo creado en 2022 ha sido a tiempo parcial, lo que podría significar un punto de inflexión, ya que es la mayor proporción de los últimos seis trimestres.
Con todo, el número de ocupados a tiempo parcial ha disminuido en nueve autonomías, al mismo tiempo que en 12 regiones aumentaba el empleo de tiempo completo. Los mayores descensos en el colectivo de empleados a tiempo parcial son los de Aragón (-16,6% interanual), Navarra (-13,5%) y Canarias (-11%). Aun en este contexto, hay casos de significativos incrementos en la ocupación a tiempo parcial, como ejemplifican Extremadura (+18,1%) y la Comunidad Valenciana (+8,9%).
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