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Conscientes de esta realidad, cada vez más empresas están adoptando una visión estratégica de la formación a medio y largo plazo como una herramienta clave para atraer, desarrollar y fidelizar el talento.

En un entorno competitivo, donde la demanda de perfiles cualificados es cada vez mayor, las organizaciones se enfrentan al desafío de contar con un equipo altamente capacitado y comprometido. En este contexto, la formación continua se erige como una solución efectiva para mantener a los empleados actualizados, motivados y preparados para los desafíos futuros.

Una visión estratégica de la formación implica definir un plan de desarrollo común, alineado con la cultura de empresa, con un enfoque proactivo y planificado que va más allá de la capacitación puntual en habilidades específicas. Consiste en diseñar programas de desarrollo personalizados, adaptados a las necesidades y metas de cada empleado, y en establecer una cultura de aprendizaje constante en la empresa.

En opinión del CEO de la consultora Equipo Humano, José Enrique García, son varias razones por las cuales las empresas están apostando, cada vez más, por una visión estratégica de formación, ''en primer lugar, la inversión en el desarrollo de los empleados no solo mejora sus habilidades técnicas, sino que también fortalece su compromiso y lealtad hacia la organización. Los profesionales que perciben que su empresa se preocupa por su crecimiento y desarrollo tienen menos probabilidades de buscar nuevas oportunidades laborales en otros lugares''.

Además, tener planes de desarrollo formativo da como resultado equipos más eficientes y productivos. ''Al mejorar las competencias de los empleados, se optimiza el rendimiento global de la empresa y se potencia la capacidad de innovación. La adquisición de nuevos conocimientos y la actualización constante permiten a los empleados enfrentar con éxito los retos cambiantes del mercado y adaptarse a las nuevas tecnologías y metodologías'', indica Garcia.

Por otro lado, la visión estratégica de formación a medio y largo plazo también repercute positivamente en la imagen de la empresa. ''Una organización que invierte en el desarrollo de su personal no solo atrae a talento cualificado, sino que también mejora la reputación de la empresa tanto a nivel interno como externo”, señala García

En resumen, la formación continua, vista como una estrategia integral dentro de las empresas, trae consigo múltiples beneficios, como una mayor fidelización de talento, equipos más competentes y una imagen empresarial positiva, ''frente a la formación puntual o por impulso que presenta limitaciones en términos de profundidad, continuidad y reconocimiento'', concluye el CEO de Equipo Humano''.

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