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Los managers, jefes de equipo, directores o líderes de área enfrentan muchos desafíos y responsabilidades. Esto se debe a que la gestión eficaz del talento y la adaptación continua a las nuevas demandas de un mercado laboral, cada vez más competitivo, son fundamentales para el éxito organizacional.
Son los managers en quienes recae la responsabilidad de gestionar, motivar y fidelizar este talento. Pero ¿qué puede suceder cuando los managers no tienen las herramientas para enfrentar este reto?
Un estudio realizado a más de 100 líderes revela que la realidad actual es que los managers no tienen las herramientas para enfrentar este desafío.
El 60% de los managers cree que el desarrollo de habilidades de liderazgo es lo que necesitan para poder inspirar, motivar y guiar de manera efectiva a sus equipos hacia el éxito.
El rol del manager ha evolucionado significativamente, requiriendo una mayor responsabilidad en la gestión y desarrollo del equipo. Hoy en día, se espera que los managers no sólo supervisen las tareas diarias y que sean expertos en su área, sino que también actúen como catalizadores del crecimiento y la evolución del talento dentro de la organización.
Este cambio responde a la necesidad de que las capacidades de los empleados sean más dinámicas y estén alineadas con los objetivos estratégicos de la empresa.
Es por esto que el liderazgo tradicional, basado en estructuras jerárquicas, está dando paso a un modelo más ‘compartido’, donde el conocimiento y la toma de decisiones se distribuyen a lo largo de toda la organización.
Las empresas empiezan a adoptar este cambio y este nuevo enfoque de liderazgo, sin embargo, de acuerdo con el estudio de Fresh People, ‘El estado del management en las empresas’, más del 50% de empresas siguen optando por un liderazgo más tradicional y esto afecta directamente el rol de los managers.
Este cambio requiere que los managers adopten un enfoque más colaborativo, guiando a sus equipos hacia objetivos comunes y fomentando la responsabilidad individual en la toma de decisiones.
A pesar del aumento en las expectativas, las herramientas disponibles para los managers no han avanzado al mismo ritmo. Este desajuste crea desafíos significativos, ya que los managers deben enfrentar una carga de trabajo creciente sin los recursos adecuados para manejar eficazmente.
La falta de herramientas limita su capacidad para gestionar equipos de manera óptima, afectando el rendimiento general de la organización. Para que los managers se adapten con éxito a estos cambios, necesitan un apoyo continuo y herramientas adecuadas.
Además, la creación de espacios para tener conversaciones de feedback, la definición clara de objetivos y la implementación de planes de acción son esenciales.
Este apoyo debe incluir feedback regular y recursos que faciliten la aplicación práctica de las habilidades esenciales de liderazgo, asegurando que los managers puedan gestionar eficazmente a sus equipos en un entorno dinámico.
Para los profesionales de recursos humanos, esto implica un enfoque más estratégico y proactivo en la gestión del talento y el desarrollo de liderazgo. La inversión en estas áreas, aunque significativa, es crucial para asegurar el crecimiento sostenible y el éxito a largo plazo de cualquier organización.
Una estrategia clave para fortalecer el liderazgo es identificar a los empleados que ya demuestran habilidades de liderazgo, aunque no tengan un título oficial. Estos individuos suelen asumir responsabilidades adicionales y muestran una iniciativa que va más allá de sus roles asignados. Al reconocer y apoyar a estos empleados, las organizaciones pueden cultivar un liderazgo efectivo desde dentro.
Y no basta con ofrecer formación puntual a los futuros líderes; es crucial proporcionar un acompañamiento continuo que permita consolidar las habilidades aprendidas.
Después de la formación, los managers necesitan apoyo constante, ciclos de feedback y orientación para aplicar eficazmente sus nuevas competencias en el entorno laboral diario. Este enfoque garantiza que los líderes se sientan respaldados y capaces de enfrentar sus desafíos de manera proactiva.
La formación debe estar estrechamente alineada con las necesidades reales del negocio. Es fundamental que los contenidos formativos sean relevantes y aplicables a las situaciones cotidianas que enfrentan los managers.
Al diseñar programas de formación, las organizaciones deben considerar la operativa específica y los desafíos únicos de su industria para asegurar que los conocimientos adquiridos se traduzcan en mejoras tangibles en el desempeño laboral.
Las empresas deben invertir en formación continua, proporcionar herramientas tecnológicas avanzadas y asegurar que los managers estén alineados con las necesidades operativas del negocio. Al hacerlo, no solo mejoran la eficacia de sus líderes, sino que también fomentan un entorno en el que los empleados pueden crecer y prosperar.
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