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Los Millenials y la Generación Z han llegado con fuerza al mercado laboral. Su adaptación a la tecnología y su formación hace que las empresas apuesten firmemente por su contratación, con la idea de que cambiarán el funcionamiento de las empresas y amparados en una vorágine tecnológica, que parece que sólo ellos pueden comprender.

Al mismo tiempo, se menosprecia el potencial de los trabajadores mayores de 45, 50 o incluso 60 años, denominados como los Seniors, que también forman parte de las empresas. Pero según explica Gonzalo Martínez de Miguel, director de INFOVA, “a un profesional de 50 años le quedan por delante sus mejores 15 años de trabajo. Con unos 27 años trabajados a la espalda, un senior ha acumulado experiencia y conocimiento para tener un desempeño excelente y marcar la diferencia”.

“En muchas ocasiones la juventud del directivo es más una excusa, para justificar un bajo rendimiento, que una virtud. Es cierto que los profesionales jóvenes tienen más energía teóricamente, pero no necesariamente tienen más entusiasmo, más motivación, ni más ganas de hacerlo bien” añade.

Según explica en las empresas el gran valor es la madurez personal. Y aunque esta no va de la mano de la edad, si tiene relación con la experiencia, que te ayuda a completarte como ser humano. La experiencia te ayuda a entender tus procesos internos, a asumir tu responsabilidad, a relativizar lo poco importante, a mantener la calma en la dificultad, a asentar valores y hábitos de trabajo efectivo. “Por muy bueno que sea un profesional con 27 años, es la mitad de bueno que será con 47” insiste. “Otra cosa son las profesiones donde se exija fuerza física para realizar una labor o para aguantar determinadas condiciones de trabajo. En otro caso, es difícil entender porque un joven es una mejor elección por el simple hecho de ser joven” matiza Gonzalo Martínez de Miguel.

A su juicio la realidad es que las empresas contratan trabajadores jóvenes porque son más dóciles y porque aceptan peores condiciones económicas. Demostrando así la debilidad de la empresa, pero no la virtud de los jóvenes.

Por ello insiste el director De INFOVA en que los empleados seniors ni son menos creativos, ni menos evolucionados, ni se resisten más a los cambios que los juniors. “Es más, la mayoría han vivido ya suficientes cambios como para saber que el cambio es una necesidad de la empresa a la que no tiene sentido oponerse. Decir que los seniors son conservadores es como decir que los juniors son frívolos, inconsistentes y desleales. Sencillamente son generalizaciones que no tienen sentido” explica.

Por otro lado insiste en que la evolución tecnológica tampoco no es una razón que deje fuera del mercado a los seniors. Y es que la tecnología que tiene que manejar un senior suele ser fácil de aprender si este tiene el interés de hacerlo.

Por último añade que “la edad debería considerarse también una variable de diversidad y esta es un valor para cualquier equipo. La diversidad aporta diferentes visiones, experiencias y diferente energía que mejora normalmente el resultado del equipo. Los mejores equipos son diversos también en cuanto a la edad y la experiencia de sus componentes”.

Decálogo para contratar y trabajar con profesionales seniors:

1. Contrata gente senior.

2. Trátales como si les quedara lo mejor de su vida profesional por delante. De hecho es así.

3. Valora y aprecia su experiencia.

4. Crea diversidad. Junta experiencia y juventud en los proyectos.

5. Apóyate en la experiencia para formar a los más jóvenes. Dales el papel de referente para los más jóvenes.

6. Considérales capaces de aprender cualquier nueva tecnología.

7. Rétales a seguir aprendiendo.

8. Pídeles que sean jóvenes de alma. (La juventud es una actitud) Valora el humor y la frescura. No permitas que enfermen de “seriesitis”.

9. Alimenta el inconformismo

10. Crea una cultura que les anime a cuidarse. Invítales a estar en la mejores condiciones físicas y mentales para seguir disfrutando. El éxito tienen que ser sostenible en el tiempo.

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