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Elenius The Recruiter, la única robot española que realiza selecciones de personal, ha realizado un estudio sobre más de 2.100 candidatos, los cuales se presentaron a un puesto de trabajo propuesto por una conocida multinacional textil. Elías Azulay, creador de esta innovadora tecnología, que incluye el algoritmo ADNe, nos dice que “el 42,35% de los candidatos prestan una total atención durante más de 3 minutos. El resto (57,65%), una vez sobrepasado este tiempo, dan por perdida su opción de encajar en dicha vacante”. Así mismo, el estudio nos muestra que el 33,18% posee una experiencia mínima de 6 meses en el puesto y que solamente el 3,69% posee la especialización solicitada.
Nos dice Azulay que “la desesperación, la impaciencia y la ansiedad hacen que los candidatos apliquen a ofertas de trabajo en las que ya saben que no encajan, intentando sortear los filtros propuestos por la empresa contratante y esperando un golpe de suerte. Así mismo, las empresas contratantes tampoco realizan un esfuerzo para marcar con precisión sus requisitos, alentando con ello esta burbuja”. Por ello, las conclusiones de este estudio, resultado de la práctica real, nos ayudan a entender el impacto del Big Data en la dispersión de la información y en la ausencia de precisión, tanto en los ofertantes como en los candidatos. “Algo así como un acuerdo no escrito que a nadie favorece”, nos dice Azulay.
Elías Azulay nos comenta que Elenius The Recruiter realiza un retrato robot o persotipo de contraste, el cual es el resultado de la combinación del ADN Corporativo (valores de la compañía) y de las características emocionales idóneas para las funciones a desempeñar. Así, el principal filtro siempre se activa a partir de la actitud, competencias y Soft Skills de los candidatos. Una vez conocida esta afinidad, ya se procede a la aplicación del resto de filtros más tradicionales, como los estudios, experiencia, etc… que poseen un menor valor para el modelo de reclutamiento algorítmico que realiza Elenius.
Elenius ha realizado un “embudo” donde se puede apreciar que en lo que se refiere a las características emocionales para acometer con éxito las funciones propuestas en el puesto de trabajo, la cantidad de candidatos adecuados se fija en un 36,08%. Dicha cifra se reduce a un 24,38% en cuanto se determina la coincidencia entre la ciudad (capital) de residencia y la ubicación laboral; por lo que entendemos que la movilidad geográfica es un factor muy potente al que no se le debe prestar mayor atención.
Así mismo, y aunque no se quiera mencionar que el rango de edad de los candidatos es un filtro muy utilizado y demandado por las empresas, dicha cantidad se reduce a un 20,55% en cuanto se aplica. Si tenemos en cuenta los estudios académicos, solamente pasarían a la siguiente criba el 20,37%, mientras que si medimos una experiencia mínima de 6 meses en un puesto similar a nivel sectorial, el resultado será que podemos contar con el 11,01% de la muestra inicial.
Ajustando al máximo y en el caso de solicitar experiencia específica, los candidatos resultantes definen un colectivo del 1,80%, mientras que si intentamos cuadrar las condiciones horarias, este indicador se reduce a un 1,61%.
Nos comenta Azulay que “de una muestra voluntaria de 2.170 individuos que han aplicado a este puesto de trabajo en concreto, 2.135 no encajan”. Así mismo nos alienta a pensar que “Esta precisión a la que el mercado no está acostumbrado, permite eliminar los periodos de prueba y asignar de forma fiable una persona a un puesto de trabajo, donde sin duda encajará perfectamente tanto en los aspectos profesionales como en los personales. El resto de candidatos encontrarán su sitio en otra oferta”.
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