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Las temperaturas extremas son un factor de riesgo para un gran número de colectivos, como el de la construcción, el sector agrícola y la hostelería, que realizan la mayor parte de su trabajo expuestos al sol. Ante la inminente llegada de la primera gran ola de calor en España, la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual (ASEPAL) recuerda que las temperaturas elevadas tienen un impacto directo en la salud de los trabajadores, lo que puede interferir en el desempeño de su trabajo.
El estrés térmico y la hipertermia pueden llevar al golpe de calor que es, de hecho, una de las principales amenazas que acechan a los trabajadores que desempeñan su labor expuestos al sol; sus principales síntomas son agotamiento, dolor de cabeza, náuseas o pérdida del conocimiento, entre otros. El riesgo de sufrirlo aumentará con la llegada de la primera gran ola de calor que asolará España a partir de hoy, miércoles. Según las previsiones de la agencia AEMET, se prevé que se alcancen temperaturas máximas por encima de los 40 grados en más de 40 provincias y que la ola se alargue hasta el fin de semana.
El golpe de calor tiene lugar cuando la temperatura corporal sube por encima de los 40,6 grados. Nuestro cuerpo dispone de mecanismos, como el sudor, que regulan su temperatura y la mantienen alrededor de los 37 grados. Sin embargo, cuando las temperaturas se extreman, estos mecanismos dejan de funcionar y aumentan las posibilidades de sufrir un golpe de calor. «La hipertermia provoca lesiones en los tejidos y un fallo del sistema nervioso central que afecta al mecanismo de termorregulación», explica Luis Gil, secretario general y portavoz de ASEPAL.
La asociación pone de relieve que, si bien nuestro cuerpo puede soportar temperaturas superiores a 41 grados, este solo puede sobrellevarlas sin riesgos durante períodos muy cortos de tiempo. «El cuerpo es muy sabio. Cuando alcanza determinadas temperaturas, las funciones vitales empiezan a resentirse y, cruzados ciertos límites, entra en colapso y se suspenden totalmente», añade Gil.
Para contrarrestar riesgos, desde ASEPAL insisten en la importancia de contar con equipos de protección individual (EPI) que ayuden a mitigar los efectos del calor en el trabajador. Cascos de protección, gafas de sol o fotoprotectores, así como un vestuario que facilite la transpiración corporal, son algunos de los equipos de protección individual que no deberían faltar en el día a día de los trabajadores que desempeñan su labor en el exterior y en los días de más calor del año.
La asociación recuerda la importancia de que los trabajadores eviten las horas centrales del día, dispongan de agua potable fresca y se alimenten y duerman correctamente. «Es necesario que empleadores y trabajadores conozcan cuáles son los riesgos de trabajar bajo temperaturas extremas con el fin de tomar las medidas necesarias para prevenir accidentes laborales», sostiene Luis Gil, portavoz de la asociación.
La prevención es la mejor medida contra el calor en el entorno laboral. Por eso desde ASEPAL recomiendan que los trabajadores vistan prendas amplias, ligeras y de baja resistencia al vapor de agua, fundamental para no dificultar los mecanismos de refrigeración del organismo. Desde la asociación han enumerado una serie de consideraciones que tener en cuenta para evitar los golpes de calor:
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