Un 40% cree que el COVID-19 tendrá un impacto negativo duradero en el gasto de los hogares
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A medida que el Gobierno de España y las organizaciones continúan con la lucha de contención de los efectos derivados de la pandemia del COVID-19, el impacto económico de la crisis empieza a manifestar sus consecuencias a nivel de consumo y percepción de los consumidores.
Según la encuesta de McKinsey & Company ‘El Pulso del Consumo’ realizada en tres oleadas durante las semanas del confinamiento a los consumidores europeos*, los españoles son de los que más pesimistas se muestran con respecto al impacto económico de la crisis. El 40% de los españoles cree que las consecuencias podrían tener un impacto económico negativo y reducir la intención de gasto de forma significativa en España. Esta percepción es seguida de forma similar en Francia y Portugal con un 36% de los consumidores franceses y un 38% de los portugueses que declaran temer por un impacto negativo en el gasto de larga duración, frente al 32% en Italia, el 27% en Reino Unido o el 12% en Alemania.
La economía es, junto con la salud, la mayor preocupación de los consumidores. El 83% de los españoles afirma estar intranquilo por el impacto negativo del COVID-19 sobre la evolución de la economía. Asimismo, esta cifra ha registrado un 80% de incremento con respecto a los datos recogidos durante las dos primeras semanas de la encuesta. Este nivel de pesimismo se mantiene, con ligeras oscilaciones, en todos los grupos sociales, con independencia del nivel de ingresos. Mientras que, por generaciones, la generación Z (33%) y los Millennials (34%) se muestran un poco menos pesimistas que los X (43%) o los Boomers (44%).
El impacto en las finanzas domésticas: el 48% de los españoles afirma haber reducido sus ingresos y el 46% haber reducido sus gastos.
Según se desprende de la encuesta llevada a cabo por McKinsey & Company, los efectos de la crisis sobre los ingresos y gastos de los consumidores ya se han empezado a notar de una manera creciente. Casi la mitad de los españoles (48%) afirma haber reducido sus ingresos desde el comienzo de la crisis del COVID-19. De manera paralela, el 46% de los consumidores en España afirma haber reducido sus gastos.
Con respecto al gasto de los españoles, Jorge Omeñaca y Carlos Sánchez de McKinsey & Company, los responsables que lideran la encuesta en España, comentan que “el fenómeno de la contención del gasto se reproduce, además, en casi todas las generaciones de modo similar. Solamente los boomers (los que hoy tienen más de 56 años) afirman que prevén reducir sus gastos más de lo que harán sus ingresos en las dos próximas semanas, algo, por otra parte, que es característico de su generación: una mayor racionalización del gasto y mayor propensión al ahorro”.
“Estos porcentajes, además, han ido aumentando ligeramente a lo largo de las tres encuestas que hemos lanzado desde el 21 de marzo. Como consecuencia de la actual situación, más del 40% afirma que está racionalizando su gasto de alguna manera, sea postergando algunas compras, recortando el gasto o, simplemente, siendo ejerciendo un mayor control sobre su presupuesto”, añaden Jorge Omeñaca y Carlos Sánchez.
Caída general de todas las categorías de productos y servicios de consumo a excepción de la alimentación, ocio en el hogar y los productos básicos
Con respecto a la evolución del gasto en las categorías de bienes y servicios de consumo, según el análisis, prácticamente todas se han visto afectadas negativamente, con la excepción de la alimentación (+14%), los productos básicos para el hogar (+8%) y el ocio en casa (+14%, televisión, internet, etc.). La caída en intención de consumo se muestra especialmente significativa en algunas categorías como la moda, los viajes o la hostelería, donde se registran caídas en intención superiores al 70%, “caídas en percepción que, además, han ido aumentando con el paso de las semanas”, según señalan Jorge Omeñaca y Carlos Sánchez de McKinsey & Company.
En cuanto a la evolución del gasto por canales de compra, el canal online muestra una tendencia positiva solamente en el caso de ocio en casa. Según los resultados de la encuesta, todas las demás categorías de compra por internet han caído en intención de compra: desde la alimentación, debido posiblemente a la capacidad de entrega en casa de los supermercados, (-8%) a la joyería (-48%).
“Lo que observamos es que los consumidores dedican más tiempo a todas las actividades digitales y de ocio en el hogar como el consumo de la televisión, internet, videojuegos, redes sociales, videos online, etc. No obstante, analizando los datos de la encuesta vemos que, tras el boom de la primera semana de confinamiento, esta tendencia parece haberse estabilizado, e incluso cedido en algunas categorías como leer noticias online o ver la TV”, apuntan Jorge Omeñaca y Carlos Sánchez.
Con respecto a las perspectivas para el futuro del consumo, España y el resto de los países europeos siguen de cerca la evolución de los efectos de la pandemia en aquellas regiones como China o Corea del Sur donde la actividad económica se está reanudando de forma progresiva. Con respecto a su evolución, “lo que hemos observado, es que, conforme se avanza a lo largo de la curva de expansión virus, el nivel de pesimismo del consumidor se reduce”, señala Ignacio Marcos, socio responsable del sector de consumo en McKinsey & Company. “La intención de compra se recupera en prácticamente todas las categorías de consumo, aunque no se llega en varias categorías a la intención de compra pre – Covid. De forma adicional se observan algunos cambios de patrón con respecto a los niveles pre- Covid, incluyendo el uso de nuevos canales de compra. Esperamos un comportamiento similar en España”, añade.
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