Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al último trimestre del año, el empleo ha crecido entre los grupos de edad correspondientes a los profesionales más jóvenes: los primeros entre 20-24 años, seguidos de los que tienen entre 25 y 29 años
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Se observa que los perfiles más maduros, concretamente los que se encuentran en la franja entre 40 a 44 años, cuentan con serias dificultades para acceder a nuevas oportunidades de trabajo desde que comenzó el año.
Infoempleo, portal líder de empleo, ha elaborado una lista con 5 de los principales aspectos que aportan a las compañías estos profesionales:
1. Aportan experiencia: Cuentan con una larga trayectoria profesional y pueden aportar todo lo que han aprendido a lo largo de los años. Son los que mejor conocen el funcionamiento de las compañías y cuentan con un importante know how para liderar proyectos. Suelen conocer diferentes sectores y están acostumbrados a diferentes empresas por lo que tienen una visión más amplia. Si, además, necesitas un perfil que aporte contactos o que tenga una extensa red de colaboradores, tendrás más facilidades para conseguir los objetivos.
2. Enseñan al resto del equipo: Muchas veces adoptan el rol de maestro o mentor con otros compañeros. Esto ayuda a la convivencia intergeneracional y a que los procesos de trabajo fluyan en horizontal. Se propicia la comunicación y todo ello ayuda a que el ambiente de trabajo sea favorable y el trabajo salga adelante con fluidez. En este sentido es fundamental propiciar los intercambios y contar con una política de gestión de personas que se adapte a cada uno de los grupos que haya en plantillas.
3. Mayor compromiso: Habitualmente están dispuestos a apostar a medio o largo plazo por un proyecto en el que se sientan a gusto y en el que puedan aportar. Su fidelidad hacia la empresa es mayor que la de los más jóvenes. Es cierto que pueden estar disponibles para cambiar de residencia en ciertos casos, aunque pueden tener dificultades al tener más responsabilidades o al estar más arraigados consecuencia de sus circunstancias personales.
4. Prudencia: A diferencia de lo que ocurre con los millennials que suelen ser más impulsivos. Los empleados de edad más avanzada son los que mejor controlan los tiempos y saben cuándo deben aportar o mantenerse en un segundo plano más discreto.
5. Aprenden y evolucionan: Es un falso mito que las personas con más años se queden ancladas y no sigan creciendo. Aunque pueda ocurrir en algunos casos, lo cierto es que no tienen problemas para adaptarse y están dispuestas a seguir creciendo y aprendiendo para evolucionar en su profesión. Lo más importante para que lo logren es ofrecer una constante actualización y formación en la empresa.
Jorge Guelbenzu, director General de Infoempleo, indica: "Estos profesionales son imprescindibles para la buena marcha de las empresas. Muchas de ellas se han visto obligadas en los últimos tiempos a hacer ajustes de costes, a reducir sus plantillas o apostar casi en exclusividad por el talento más joven; no hay que olvidar que los mayores de 40 años aportan un bagaje, conocimiento y experiencia en el que las empresas deberían invertir para continuar siendo competitivas".
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