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Para cambiar hay que desestructurar, desestructurar para construir, avanzar y poder adaptarse a unas demandas cada vez más exigentes en un entorno organizacional en constante evolución. Y no hay nada que desestructure más que el espacio.
Tendencias como la Metodología Agile están cambiando la forma de trabajar y colaborar en las organizaciones. Esto da paso a la necesidad de una reinvención de los espacios de trabajo. El objetivo es que los empleados puedan desarrollar sus capacidades y aprovechar todo su potencial a través de un entorno adaptado a las necesidades específicas de cada organización y a sus objetivos de negocio. De hecho, según un estudio dirigido por Steelcase, el 90% de las personas afirma que la colaboración es fundamental para crear nuevas y mejores ideas. Una idea que también comparten los directivos ya que el 93% cree que es fundamental.
“Los espacios de trabajo rígidos ya no representan al empleado del siglo XXI y es el CEO el que debe darse cuenta de ello para impulsar el cambio. Debe creer en que las ideas son más si las compartimos y que la eficiencia no depende de las horas que uno permanece sentado en un mismo lugar sino de la capacidad de ser creativos. El objetivo es que el empleado pueda sentirse a gusto en todos los espacios sin límites jerarquizados que dificulten sus procesos. Siendo así, la reinvención de la oficina es, hoy más que nunca, necesaria para adaptarnos a los profesionales y organizaciones del futuro”, afirma Alejandro Pociña, presidente de Steelcase España.
Sin duda, la sociedad actual se enfrenta a cambios constantes. Y en el ámbito del trabajo, ese cambio no solo afecta a los patrones de trabajo, sino que cada vez está más presente en la manera en la que interactuamos y nos relacionamos como personas. Ahora que nos movemos más, que podemos trabajar a distancia, o que podemos estar involucrados en distintos proyectos al mismo tiempo, las oficinas deben evolucionar acorde a estos cánones.
Y si hay nuevas formas de trabajar, también hay nuevas reglas que aplicar. Y para su implantación, existen nuevas corrientes centradas en diseñar los espacios de trabajo para que, lejos de centrarse en el empleado individual, den cohesión a los equipos, impulsen la confianza entre los compañeros y favorezcan el surgimiento y la ejecución de ideas.
Este modelo disruptivo, que sería la oficina ágil, permite que los espacios se utilicen en función de los proyectos, sin barreras y adaptados a las necesidades de los trabajadores, los objetivos de la empresa y con el cliente en el centro de la estrategia. En este sentido, un estudio de Steelcase asegura que las personas pasan más de la mitad del día colaborando con los demás.
Este modelo, llamado modelo de hiper-colaboración, ofrece una oficina en la que el trabajo colaborativo es tan accesible como el individual y donde el espacio se convierte en el lenguaje corporal de la organización.
Toda esta reinvención del entorno laboral permite que los empleados puedan ejercer un mayor control sobre su lugar de trabajo, de tal modo que el espacio se vaya adaptando a sus necesidades y se convierta en su entorno óptimo cada día. Partiendo de esa base, es posible llevar a cabo metodologías innovadoras y ágiles basadas en desligar a los empleados de la rigidez de un departamento y buscar la mejor manera de crear en el espacio el sentimiento de pertenencia.
De este modo, el empleado puede elegir dónde trabajar en función de sus necesidades en cada momento. Así, si se ofrecen distintas posibilidades, las personas se pueden sentir libres para trabajar en un sofá, sentadas o tener reuniones de pie si así lo consideran, además de fomentar así su creatividad entre otras razones. Asimismo, podrán manipular el espacio, combinar métodos analógicos y digitales y hasta pintar las paredes. Tantas posibilidades como ideas para que la libertad de movimiento se convierta en sinónimo de agilidad y bienestar.
Para ayudar en esos procesos de cambio y resolver los problemas y desafíos a los que se enfrentan las empresas, Steelcase aporta soluciones a las organizaciones acompañándolas en el proceso. Comenzando por el estudio de necesidades para definir el espacio adecuado, en línea con los objetivos de negocio, continuando por el diseño del espacio y terminando por la implantación de las mejores soluciones de mobiliario. Todo pensado en conjunto para lograr agilidad, flexibilidad, colaboración, fluidez de ideas y mejora de procesos.
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