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Sage, líder mundial en soluciones de contabilidad y gestión en la Nube gracias a Sage Business Cloud, analiza el impacto económico que supone para las pymes la falta de productividad por el alto tiempo del personal dedicado a labores administrativas.
El estudio, llevado a cabo en 11 mercados entre los que se encuentra España, Reino Unido, Estados Unidos, Francia o Alemania, revela que la pérdida económica a nivel global ya ha alcanzado los 275.000 millones de dólares en lo que va de año.
En el caso de España, la pérdida económica derivada de la falta de productividad asciende a los 20.400 millones de euros en el conjunto de 2018, lo que supone 1.105 euros por segundo. Este dato es el reflejo del tiempo destinado por el personal de las pequeñas y medianas empresas dedicado a labores rutinarias y de administración que, de digitalizarse, podría destinarse a actividades enfocadas en desarrollo estratégico para el crecimiento económico de la empresa.
Las cifras que se desprenden del informe global de Sage resultan alarmantes, más si se tiene en cuenta el beneficio que supondría para las pymes destinar mayor tiempo y recursos en labores productivas. Y es que sólo un aumento del 5% en la productividad de las empresas españolas, supondría un incremento del PIB nacional en 13.600 millones de euros.
La digitalización de los procesos contables, administrativos, de gestión de nóminas y facturación, etc. es uno de los factores que contribuiría en mayor medida a revertir esta pérdida de productividad y transformarla en crecimiento empresarial.
“Los datos que se extraen de nuestro estudio son el reflejo de que las empresas tendrán una gestión más eficiente si redirigen las horas invertidas en tareas básicas a labores de innovación, atracción de clientes y aumento de ingresos. Sólo así las pymes podrán avanzar de forma efectiva, cuando los informes de gastos, facturación, nómina y gestión de pagos no sean las actividades que más tiempo ocupen a los empresarios”, afirma Luis Pardo, Consejero Delegado de Sage Iberia.
“El devenir de las economías futuras se basa en el éxito de los negocios actuales. Con estos datos, espero que podamos alentar a las administraciones e instituciones a llevar a cabo políticas que aborden los problemas de productividad a los que se enfrentan los autónomos y desarrollen cambios en los marcos regulatorios que obstaculizan su progreso. El Día Mundial de los Emprendedores no es sino otro momento en el que reconocer la labor de los pequeños empresarios, que siguen siendo la sala de máquinas de nuestra economía”, concluye.
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