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La sociedad actual vive la era de la información digital, por lo que a diario se genera una cantidad incontable de datos. Si bien es cierto que el Big Data promete, también se enfrenta a muchos desafíos, siendo el principal la gran aceleración del crecimiento del volumen de datos, que duplica su tamaño cada dos años aproximadamente. Esto provoca que las empresas hagan un continuo esfuerzo por mantener el ritmo de crecimiento de sus datos y a la vez alcanzar formas de almacenarlos.
Según el estudio internacional Data Never Sleeps 10.0, a mediados del año 2022 cerca de 5 mil millones de personas utilizaban internet, implicando que para finales de ese año se habrían creado, capturado, copiado y consumido 97 zettabytes de datos. Pero, según la tendencia que se espera, se prevé que en 2025 esta cifra llegará a los 181 zettabytes de datos. Para poder gestionar, analizar y almacenar esta información, se necesitan herramientas muy potentes, y es ahí donde la tecnología Big Data juega un papel crucial. Gracias al Big Data, se pueden utilizar el gran volumen de datos de los negocios para abordar problemas empresariales que antes no era posible solucionar.
Si pensamos en las mayores empresas tecnológicas del mundo, gran parte del valor que ofrecen procede de sus datos, permitiéndoles tomar decisiones más rápidas, eficientes y objetivas, así como identificar nuevas oportunidades de negocio. Gracias también a los avances en las herramientas tecnológicas se ha reducido el coste del almacenamiento de datos, haciendo que sea un proceso más fácil y económico, permitiendo a diferentes empresas beneficiarse de su aplicación. Reconocidas empresas como Netflix o Procter & Gamble usan Big Data para prever la demanda de los clientes y así desarrollar nuevos productos y servicios clave, generando éxito comercial en sus ofertas.
Tal y como confirma Patricia Da Silva, miembro del equipo editorial de Tokio School, ''identificar el valor del Big Data no pasa solo por analizarlo, se trata de un proceso de descubrimiento que requiere que los analistas, usuarios empresariales y ejecutivos se planteen las preguntas correctas, identifiquen patrones, tomen decisiones y predigan comportamientos''.
A pesar de que el Big Data promete mucho, también se enfrenta a muchos desafíos. En primer lugar, aunque se han desarrollado nuevas tecnologías para el almacenamiento de datos, el volumen de estos crece tan rápido que las empresas tienen que trabajar por mantener su ritmo y almacenarlos eficazmente. Además de esto, ya no basta con únicamente almacenar los datos eficazmente, sino que para ser de valor deben poder utilizarse, y esto depende de su conservación. Es necesario disponer de datos limpios, es decir, datos relevantes para el cliente y organizados de tal modo que permitan un análisis significativo. Esto supone una gran cantidad de trabajo, incluso los científicos dedican entre un 50 y un 80 por ciento de su tiempo a seleccionar y preparar los datos antes de poder ser utilizados.
A causa de que el crecimiento del sector es tan acelerado, ha aumentado significativamente la demanda de profesionales en el entorno Big Data. Según predicciones de la UE, se espera que para el 2030 el 75% de las empresas europeas hayan adoptado servicios de computación en nube, macrodatos e inteligencia artificial, mientras que, en España, la estrategia digital tiene como objetivo que en 2025, el 25% de las empresas usen inteligencia artificial y Big Data. Además, según el Estudio de Empleos Emergentes 2020 de LinkedIn, la demanda de Data Scientist en España creció casi un 47% en 2020 respecto al año anterior. Entonces, esto supone que cada vez se necesiten más profesionales para ejercer funciones de Analista de Datos, Data Scientist, Arquitecto de Big Data o Ingeniero de Big Data.
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