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En concreto, BMW informaba este miércoles de que en el segundo trimestre del 2020 sus pérdidas netas ascendieron a un total de 212 millones de euros, dato que contrasta sobremaneta con el beneficio de 1.480 millones de euros en el mismo periodo del año anterior.
En marzo, la empresa se vio obligada a frenar la producción de forma controlada en muchas fábricas debido a la caída de la demanda mundial, si bien en el segundo trimestre pudo reanudarla, pero se insistió en la importancia de reducir costes y gestionar el efectivo para salir lo menos perjudicado posible de esta situación. De esta forma, el grupo redujo su plantilla en los seis primeros meses del año su fuerza laboral, hasta los 125.614 trabajadores.
La facturación de la compañía alemana se redujo en los seis primeros meses hasta los 43.225 millones de euros, es decir, un 10,3% menos en tasa interanual, especialmente en el negocio automovilístico, que cayó un 21,4% entre enero y junio y, en menor medida, en el de motos (-17,8 %).
El resultado operativo cayó hasta los 709 millones de euros, lo que supuso un 74,6 % menos en comparación con el mismo periodo del ejercicio anterior, tras registrar pérdidas en la división automovilística de 1.325 millones de euros, frente al beneficio que obtuvo un año antes de 1.159 millones de euros.
Por su parte, las ventas de automóviles en los seis primeros meses del año cayeron un 23% en tasa interanual, hasta las 962.575 unidades, mientras que las de motocicletas disminuyeron un 17,7%, hasta las 76.707 unidades.
Pese a las pérdidas sufridas, el presidente de la empresa, Oliver Zipse, se mostró optimista respecto al futuro: ''Gracias a nuestra elevada capacidad de reacción y una gestión consecuente hemos podido limitar los efectos de la pandemia de coronavirus en el grupo BMW en el primer semestre''.
De cara a la segunda mitad del año, Zipse tiene como objetivo un margen de rentabilidad operativa en el segmento automovilístico entre el 0% y el 3% en todo el 2020 porque las ventas y el beneficio operativo serán muy inferiores a los de 2019.
Además, BMW estima que su liquidez es firme y está analizando atentamente la delicada situación de los mercados para adaptarse a ellos lo mejor posible. De momento, ha afirmado que sigue con la intención de ''invertir más de 30.000 millones de euros en investigación y desarrollo hasta 2025 con el objetivo de extender su vanguardia en términos de innovación'', según establece el comunicado.
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