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El 60 % de la población y el 54 % de los líderes tecnológicos creen que la regulación de la inteligencia artificial (IA) es fundamental para su desarrollo en condiciones seguras, según el estudio 2019 Edelman Artificial Intelligence (AI) survey. Desarrollado por el Centro de expertos en inteligencia artificial de Edelman y con apoyo del World Economic Forum (WEF), el estudio compara la percepción del público general frente a la de líderes tecnológicos con un rol activo en el desarrollo e implementación de la IA. 

A pesar de que el 91 % de los líderes tecnológicos y el 84 % del público general piensan que la IA constituye la próxima revolución tecnológica, persiste el miedo de que, al mismo tiempo, conlleve un impacto negativo en la sociedad, los negocios o la política. Este impacto negativo abarcaría desde los juguetes inteligentes para niños con una potencial invasión de su privacidad, la discriminación de la población con menos recursos o una pérdida de las capacidades intelectuales de los humanos. Cerca de un tercio de ambos grupos (30 % de la población general y 33 % de los líderes tecnológicos) consideran que los vídeos “deepfake”, generados con inteligencia artificial, podrían conducir a una guerra informativa y a conflictos armados. 

“Nuestro estudio explora todos los aspectos derivados de la IA, desde los más evidentes y positivos como un mejor sistema sanitario o industrial, hasta las preocupaciones de una adopción generalizada”, comenta Sanjay Nair, director global de tecnología de Edelman. “Gracias al estudio hemos confirmado que ambos grupos tienen grandes expectativas sobre la IA, pero persisten inquietudes sobre el impacto que la inteligencia artificial podría tener en el empleo, como una pérdida masiva de puestos de trabajo y bajos ingresos, o una sociedad más aislada e individualista.”

“Este estudio pone de manifiesto que la llegada de la inteligencia artificial va a suponer un reto para los expertos en reputación corporativa y en comunicación, que tendrán que ser capaces de asesorar a sus clientes sobre las implicaciones tecnológicas, éticas y de privacidad derivadas del uso de la IA en sus estrategias de negocio. Al mismo tiempo, supone un desafío a la hora de comunicar a la sociedad las ventajas y potencialidades que ofrece el uso de IA y cómo éstas van a ser beneficiosas en su día a día” señaló David Morán, director de tecnología de Edelman en España. “Gracias al estudio, podemos ver cuáles son las expectativas y temores existentes en torno a la IA y trabajar con marcas, instituciones y prensa para llevar a cabo una comunicación didáctica y responsable sobre esta nueva tecnología”. concluyó.

Entre los principales resultados del informe destacan:

• El 54 % del público general y el 43 % de los líderes tecnológicos piensan que la IA perjudicará a los más desfavorecidos, y el 67 % y el 75 % respectivamente creen que beneficiará a los más poderosos.
• El 71 % del público general y el 65 % de los líderes tecnológicos temen que la IA conlleve una pérdida de las capacidades intelectuales de los seres humanos.
• El 74 % del público general y el 72 % de los líderes tecnológicos estiman que los dispositivos con IA reducirán la necesidad de las personas de interactuar, llevando a un aislamiento de los individuos.
• El 81 % del público general y el 77 % de los líderes tecnológicos creen que los avances en IA provocarán reacciones conservadoras por una parte de la sociedad que se sienta amenazada.
• El 51 % del público general y el 45 % de los líderes tecnológicos coinciden en que los vídeos “deepfake”, producidos con IA, erosionarían de manera importante la confianza de la audiencia al creer que ninguna información es verídica.

“El estudio de Edelman sobre la IA, amplio y exhaustivo, pone de relieve cuestiones de profundo impacto,” declara Kay Firth-Butterfield, director de inteligencia artificial y Machine Learning en el World Economic Forum. “Por los resultados del estudio, está claro que las empresas y gobiernos necesitan tomar medidas para asegurarse de que el potencial daño que la IA podría causar no conlleva la pérdida de los beneficios de esta tecnología. La comunidad global tiene que estar alerta de los factores de riesgo asociados con este tipo de transformación y, al mismo tiempo, crear un entorno donde los beneficios se puedan extender al conjunto de la sociedad.”

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