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La transformación digital era ya un caballo de batalla para muchas empresas antes de la situación sobrevenida con el Covid-19. Sin embargo, esta crisis ha trastocado por completo toda nuestra sociedad y en el mundo de los negocios y la empresa ha demostrado claramente que no es posible un futuro sin un alto grado de digitalización en estos ámbitos

La situación de España tras la crisis sanitaria es devastadora, tanto en el aspecto de víctimas y personas que han sufrido las consecuencias del coronavirus, como en materia económica y de empleo. A esto se suma un escenario que no era esperanzador, pues un alto porcentaje de las micropymes en nuestro país, en torno al 25%, son disponen aún de página web, según los datos del Instituto de Estudios Académicos.

La transformación digital es ahora más importante que nunca y va a ser pieza clave en los próximos años, de modo que se plantea como un objetivo imprescindible establecer planes de negocios con estrategias específicas dirigidas a incorporar esa nueva visión en las empresas.

¿Cómo se introduce un negocio en un proceso de digitalización?

La transformación digital no es un proceso puntual que tiene su principio y su fin, sino que es un conjunto de estrategias que se encaminan hacia la renovación y transformación total de la cultura corporativa en todos los departamentos que participan en el negocio.

La clave está en sacar partido de las nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia y obtener mejores resultados. Además, en una coyuntura como la actual, en la que el coronavirus sigue siendo una amenaza, adoptar fórmulas de negocio en las que se priorice el comercio online o al menos se introduzca esta posibilidad, ayuda a reducir la transmisión del virus, permite un ahorro de costes, la posibilidad de seguir facturando y mejora los canales de publicidad.

La digitalización consiste en aprovechar al máximo las redes sociales, contar con una buena tienda online que dé respuesta a las necesidades de los clientes, mejorar la comunicación vía telemática con la audiencia digital e incluso tareas más accesibles como introducir publicidad en letreros led, como estos que se programan y están tan al día en muchos negocios.

Vemos que la digitalización agrupa a todos los departamentos de la empresa, desde las ventas al marketing pasando por la atención al cliente y la propia comunicación interna. En todas estas áreas es importante conocer cuáles son las necesidades de los actores que participan en ella y encontrar, a través de los medios digitales, soluciones que favorezcan la relación cliente – empresa o empleados – empresa.

La digitalización, un proceso que requiere inversión

La transformación digital de las empresas es lo que va a permitir a muchas de ellas seguir estando en el mercado en los próximos años y aparecer como una opción competitiva en la que pueden confiar los consumidores.

La sociedad actual vira cada vez más hacia la digitalización. Internet es un universo de comunicación que forma parte de nuestras vidas casi a cada minuto. Si las empresas no son conscientes de que tienen que llegar a sus clientes a través de los espacios en los que estos se mueven, esto va a suponer su descalabro o su incapacidad de competir en igualdad de condiciones.

No obstante, y a pesar de que la digitalización se asocia a capacidad de ahorro, eficacia y retorno de la inversión en el medio y largo plazo, es indudable que esto implica una cantidad mínima de inversión: el desarrollo de una página web y una tienda online de confianza, sistemas de comunicación eficaces y cómodos entre empleados, potenciar el área de atención al cliente y promover vías telemáticas de contacto, un buen plan de marketing digital, el aprovechamiento de las redes sociales y la formación de los trabajadores.

Los empleados han de encontrarse cómodos con la transformación digital y para ello hay que darles herramientas para que ganen en versatilidad y adaptación a estos nuevos tiempos. Al mismo tiempo, es importante crear una estrategia integral en la que sean partícipes todos los estamentos de la empresa para mejorar los canales de comunicación interna y no caer en errores como la brecha digital.

Por otro lado, todo este proceso de transformación digital no implica abandonar los medios de interacción actuales con los clientes. La clave de la digitalización está en sacar partido de las nuevas tecnologías y aprovechar sus múltiples ventajas, pero sin dejar de lado otras fórmulas de contacto con los consumidores.

El consumidor actual ha cambiado su forma de comprar o contratar servicios y productos. La implantación de las nuevas tecnologías en las empresas era ya una necesidad imperante en los últimos años y ahora se ha vuelto más imprescindible que nunca, pues los consumidores son cada vez más exigentes, están más informados y demandan más calidad en sus compras.

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