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No sorprenderé a nadie al afirmar que este está siendo un ciclo poco usual. Muchos de nosotros hemos tenido que elevar nuestro nivel de consciencia personal para entender las cosas que han pasado. Si bien, esta etapa también nos ha traído nuevos aprendizajes, derivados de la transformación digital, como la cantidad de cosas que pueden hacerse a distancia.

Hemos llegado a la conclusión de que la película Matrix se equivocaba. Durante tiempo hemos vivido influenciados por largometrajes de ciencia ficción, de sello hollywoodense, que nos narraban como las máquinas llegaban, exterminaban a todos los humanos o los esclavizaban. Pero vamos entendiendo que la digitalización no es eso. El líder actual tiene que ser consciente de que la digitalización, en realidad, pretende optimizar un negocio para hacerlo más sencillo, aumentar la calidad del servicio y, en consecuencia, reducir los costes.

También hemos entendido que la digitalización va por capas. Lo que, normalmente, cuesta más digitalizar es la parte de mayor generación de valor; aquello que es fuente de ventaja competitiva y la organización sabe hacer bien. Para lograrlo, el líder digital deberá rodearse de profesionales que sepan dialogar con un conjunto de aplicaciones digitales (algoritmos) y que además dispongan de sentido común, que es aquello que nos ayuda a interpretar las cifras que nos propone la inteligencia artificial y aplicarlas a un mundo de datos que suelen ser inexactos.

En esta etapa también se ha constatado que la inteligencia artificial se va insertando en la cadena de valor y que ésta se puede aplicar en campos muy distintos como, por ejemplo, en el diseño y perfeccionamiento de productos, en la automatización de los procesos - en el caso de la industria - o para anticipar comportamientos del consumidor y entregar una buena experiencia de cliente.

Pero, lo más interesante es que a medida que esta ''inteligencia'' se vaya haciendo común, dejaremos de llamarla Inteligencia Artificial para ser un un proceso automatizado que se incorporará a la cadena de valor. Si bien actualmente solo está al alcance de grandes empresas, la IA se irá haciendo accesible a pequeña escala. El líder digital deberá buscar constantemente aplicaciones de IA que le ayuden a continuar creciendo y generar valor a sus negocios…Y esto no será un terreno exclusivamente del director de sistemas.

El nuevo líder debe tener claro por dónde debe empezar la digitalización de su compañía y elaborar un plan de transformación digital. Y no se trata únicamente de automatizar los procesos más habituales de administración como la contabilidad, facturación, nóminas, o un ERP para la actividad comercial, sino de llevar la digitalización a otros departamentos como Recursos Humanos, Marketing, Operaciones…

Explotar la oportunidad de la asincronicidad y la deslocalización se ha convertido en otra de las grandes claves de esta etapa tan incierta. La situación actual de la pandemia ha obligado a los equipos a trabajar, en poco tiempo, desde distintas ubicaciones y muchas organizaciones han aprendido a trabajar de forma asíncrona. Y eso lo han podido lograr los directivos que han sabido impulsar, a tiempo, tecnología cloud, infraestructura colaborativa para organizar el trabajo y priorizar las tareas, y un front end digital que permite interactuar con los clientes, a través de plataformas que aseguran la transmisión de vídeo, voz y datos de forma flexible. 

Y es que, admitámoslo, en esta nueva era se buscan líderes capaces de clarificar y simplificar los procesos, que sepan promover una cultura de nueva mirada y de mejora digital contínua. 

Solo aquellos que dediquen un tiempo de calidad a separarse del día a día y a distanciarse del proceso, que piloten y promuevan una nueva mirada junto con los equipos de base, conseguirán estar a la altura de las nuevas exigencias.

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