Auge de modelos como el Build-to-rent impulsados por la previsión del aumento del alquiler, cambios en la demanda aumentando los espacios más grandes, con terrazas o jardines y en las afueras
AltoDirectivo
La situación actual está afectando a particulares y a empresas y está teniendo un impacto notable en todos los sectores, entre ellos, el inmobiliario. Según los últimos datos del Consejo General del Notariado, la compraventa de vivienda en España se redujo en marzo un 37,5% interanual (con 32.332 transacciones). Durante este mes, que estuvo marcado por la llegada inminente del COVID-19 al territorio nacional, se comenzó a notar un cambio en el comportamiento de la actividad. No obstante, el precio medio de las viviendas vendidas en este período reflejó una ligera caída de tan solo 2,2%, situándose en 1.396€/m2, factor que demuestra que el mercado aún tiene un largo recorrido.
Si bien es cierto que antes de la llegada de la pandemia el sector comenzaba a mostrar signos de madurez, se ha pasado súbitamente de un mercado muy activo a una actividad más moderada, lo que provoca que ahora los profesionales inmobiliarios deban volver a enfocar sus esfuerzos en atraer a los potenciales compradores en un mercado en el que, hasta hace unos meses, las viviendas en las zonas céntricas de las ciudades más ocupadas como Madrid y Barcelona se vendían casi solas.
Los expertos de Instituto de Valoraciones explican que el mayor reto ahora para los profesionales es ofrecer al cliente lo que demanda facilitándole -en la medida de lo posible- todas las gestiones que conlleva una transacción inmobiliaria y afrontando un importante proceso de digitalización. Así, la entidad de tasación ha analizado el status quo del sector en España, arrojando luz sobre el impacto del COVID-19 en el sector ahora y de cara a futuro.
Desde ya hace años comenzaban a aparecer nuevos formatos en el ámbito inmobiliario en línea con los hábitos de vida de la población. Modelos de vivienda como el coliving o de entorno profesional como el coworking cobraban auge dando respuesta a la tan demandada “flexibilidad” de públicos como el emprendedor o los millennials. Otro formato novedoso que ya comenzaba a ganar nombre es el Build-to-rent, un modelo que consiste en construcción de inmuebles destinados para el alquiler en lugar de venta. Ahora, se prevé que este modelo siga cobrando auge pues se adapta perfectamente a la tendencia que se plantea para el futuro próximo en el sector: más alquiler.
Ante la incertidumbre, más meditación para las grandes inversiones
Debido al estado de alarma y las medias de confinamiento impuestas por el gobierno, la actividad del sector inmobiliario en España se ha reducido inevitablemente, aunque gracias a la digitalización, se siguen realizando actividades como las visitas virtuales a viviendas, las valoraciones automatizadas (AVM) o incluso el cierre de transacciones mediante la firma de contratos online.
Si bien la decisión de adquirir un inmueble suele ser muy meditada, en este contexto, todo indica que el tiempo de toma de decisión a la hora de hacer inversiones grandes será mayor, influyendo en consecuencia en el ritmo de las transacciones que se venían registrando en los primeros meses del año.
Muy posiblemente esta previsión incidirá con mayor intensidad en lo que respecta a inversión extranjera, o la inversión de viviendas destinadas a segunda residencia. No obstante, las previsiones para el comportamiento de los inversores no es la misma. Se espera que este grupo, que cuenta con liquidez para invertir, sea un factor importante en la fase de reactivación del sector.
Si bien es cierto que la actividad del mercado ha disminuido durante el confinamiento, la búsqueda de la “vivienda soñada” sigue activa en los portales inmobiliarios, aunque ahora, han cambiado las preferencias de los consumidores. “Se aprecia un alto número de búsquedas, sobre todo de viviendas con jardín a las afueras de los núcleos urbanos. Este escenario, aunque no acelera la decisión de compra, sí hace que aumente el número de leads de las bases de datos de las comercializadoras y promotoras de activos, lo que nos da esperanza para la reactivación del mercado en un corto-medio plazo”, explica Ismael Ruiz, director técnico en Instituto de Valoraciones.
La tendencia se dirige hacia un cambio en las prioridades de aquellos interesados en vivienda, destacando las terrazas y jardines privados, lo que podría provocar un repunte de las viviendas unifamiliares. También, previsiblemente, en las grandes urbes, la periferia cogerá fuelle sobre el centro de las ciudades, por ofrecer viviendas con espacios más amplios y con espacios naturales y al aire libre próximas a ellas.
La digitalización se presenta para todos los players del mercado como un aspecto ineludible para poder seguir con la actividad normal. La tendencia en el Real Estate se dirige hacia más presencia en el entorno online, menos dependencia física y más actividad digital en las transacciones, contexto que se muestra evidente sobre todo con la situación actual. Ya se ve, por ejemplo, cómo se ha incorporado en este escenario la posibilidad de realizar transacciones completamente online, desde el tour virtual de la vivienda hasta la firma de contratos de alquiler 100% online; o cómo las entidades de tasación impulsan sus servicios digitales. La transformación digital es ya una necesidad imperiosa, actuando como detonante para que el sector aproveche los beneficios de la tecnología hacia el éxito en el nuevo entorno.
*Si te ha resultado interesante este artículo, te animamos a seguirnos en TWITTER y a suscribirte a nuestra NEWSLETTER DIARIA.
Alto Directivo