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Hace tan solo unos días el gobierno español anticipó que la caída del PIB (5,2%) podría acabar con casi dos millones de puestos de trabajo y que supondría un impacto sin precedentes sobre la economía española. Los últimos datos del paro tampoco auguran nada bueno: la Seguridad Social ha perdido 947.896 afiliados desde el 12 de marzo. Solo en abril han sido 548.093. El volumen total de parados ha alcanzado los 3.831.203, la cifra más alta del registro desde mayo del 2016. Aquí no se contemplan los ERTES, ni autónomos que se han visto obligados a pedir ayuda al Ejecutivo.
Unas cifras nada halagüeñas que ya han empezado a plasmarse en una desaceleración del consumo –un 7,5% en los hogares españoles– y en una creciente preocupación entre las familias y empresas españolas. En concreto y según los datos que maneja el comparador acierto.com, a 9 de cada 10 españoles les preocupan las consecuencias económicas del coronavirus. Por fortuna y tal y como muestra la entidad existen una serie de medidas que nos permitirán ahorrar en tiempos de crisis y mejorar nuestra economía doméstica.
Lo primero será saber cuánto gastamos y en qué: esa cuota del gimnasio que no pisamos nunca, el grado de más que tenemos puesta la calefacción (un 7% del consumo) o esos minutos de más que pasamos en la ducha con tel termo encendido; pueden suponer grandes diferencias.
Pero no solo hay que prestar atención a los pequeños gastos, sino también a los grandes y a los fijos. Es el caso del coche, los electrodomésticos, etcétera. Aquí lo más recomendable es optar por rentabilidad a medio-largo plazo. Por ejemplo, es probable que un electrodoméstico más eficiente energéticamente parezca más caro a priori, pero a la larga acaba resultando más rentable. Y por supuesto no comprar por encima de nuestras posibilidades. Ajustar estos gastos a nuestro nuevo presupuesto será imprescindible para no endeudarnos.
Se trata de una de las primeras claves para ahorrar. Conocer las distintas opciones y qué ofrece cada una de ellas y a qué precio es fundamental. Sobre todo cuando hablamos de importes fijos como las tarifas de telefonía, de la luz e incluso nuestros seguros, que pueden suponer cantidades significativas a final de año.
En el caso de los seguros de coche, por ejemplo, las primas pueden reducirse hasta un 50%. No obstante conviene recordar que en ningún caso deberíamos prescindir de esta póliza, ni siquiera aunque tengamos el vehículo parado, pues estaríamos incurriendo en un delito.
Volviendo a la comparativa y según acierto.com, son cada vez más los usuarios que comparan antes de comprar, especialmente online, donde el 93% lo hace. La crisis del coronavirus, además, ha supuesto un cambio de tendencia y ha evidenciado la importancia de lo digital en el mercado. La comparativa implica un tipo de adquisición más meditada, no impulsiva, clave para ahorrar en nuestras finanzas domésticas.
Evitar los gastos imprevistos en la medida de lo posible nos ayudará a ahorrar. Por ejemplo, si estamos al día en el mantenimiento de nuestro vehículo (la asignatura pendiente de los españoles) evitaremos reparaciones e incluso solicitar la asistencia en carretera del seguro. Consecuentemente, acabaremos con la posibilidad de que nos suban la prima al año siguiente.
Ocurre algo parecido con el mantenimiento del aire acondicionado, la calefacción, los electrodomésticos, etcétera. También podemos crear un fondo de emergencias pensado para cubrirlas y revisar qué reparaciones se encuentran incluidas en nuestro seguro de hogar. Algunas compañías incluso cuentan con coberturas para nuestros equipos electrónicos y asistencia 24 horas.
Aprender a gestionar nuestros productos financieros también es fundamental. Nos estamos refiriendo a elegir y negociar adecuadamente nuestras hipotecas y créditos de consumo para pagar el mínimo de interés. Respecto a estas primeras, los expertos recomiendan evaluar el nivel de endeudamiento e intentar que el pago de la vivienda no exceda el 40%. Tampoco es conveniente financiar más del 75%.
En época de crisis en cualquier caso, no está de más barajar un cambio de condiciones. Es decir, la posibilidad de ampliar los plazos si es imprescindible para no pasar apuros, aumentar o reducir la cuota. Igualmente es recomendable aprender sobre finanzas mediante la lectura de libros especializados y similares.
Los pequeños trucos también nos ayudarán. Por ejemplo, evitar las compras por pánico –miedo a que un producto rebajado se agote–. Lo ideal es racionalizar las adquisiciones al máximo. Para evitar las compras por impulso los expertos recomiendan hacer el siguiente ejercicio: colocar en una mano el producto y en la otra el importe que cuesta. Si al visualizarlo preferimos quedarnos con el dinero, no lo compraremos.
Dicho lo cual, no solo será importante ahorrar, sino también proteger nuestras finanzas y velar por que nuestros seres queridos también lo estén en situaciones de inesperadas. Para esto puede ser de gran ayuda contar con un seguro de vida o, si ya tenemos uno, analizar el condicionado y sus coberturas.
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