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En la actualidad hay un problema que afecta a numerosas empresas, pero que sobre todo es una lacra para los autónomos y las pymes: la morosidad. El impago sigue siendo uno de los principales problemas a los que se enfrentan los autónomos.
1 de cada 2 autónomos o pymes cuenta con problemas para cobrar sus facturas. Los trabajadores por cuenta propia se encuentran, así, en un terreno frágil en el que es complicado mantener el equilibrio. El autónomo español ve como, día tras día, debe enfrentarse a numerosos obstáculos y, en este sentido, la morosidad es su mayor temor.
El 2019 se cerró con cifras muy lejos de los datos positivos. En este sentido, hubo 39 nuevos autónomos cada día, lo cual se encuentra lejos de cifras anteriores, como los 137 que lo hicieron al día en 2018. Según la Feeración de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), esto pone de manifiesto que los autónomos tienen cada vez más miedo a emprender. Uno de los aspectos fundamentales es, precisamente, la morosidad.
Además, a 1 de cada 2 autónomos españoles les cuesta cobrar las facturas emitidas. Los retrasos en los pagos, junto con los impagos, provocan que los autónomos prácticamente no puedan crecer. Lejos de ser una excepción, esta situación es la más común. No cobrar en el tiempo acordado es una constante para el trabajo autónomo. Estos no suelen contar con mecanismos necesaros para impedirlo y, debido a ello, suele asumir el desfase entre la emisión de la factura y el cobro de la misma.
Precisamente, los negocios más pequeños que terminan cerrando lo hacen por causas como la morosidad. No recibir los pagos no solo afecta al endeudamiento de la pyme, sino que impide que esta no pueda crecer. Lo peor es que, en el último año, esta situación se ha duplicado.
Este desajuste ha sido denunciado en el seno de la Comisión Europea, el organismo que ha descrito este fenómeno como un “mal endémico” y que se refleja, sobre todo, en países como España, Italia y Portugal. Lejos de reducirse los impagos, estos se han dusplicado y, según un Informe Europeo de Pago, elaborado por la sueca Intrum, el número de autónomos que sufrirá impagos durante este año va a llegar hasta el 10%.
Sin embargo, el impago no es el único problema al que se enfrentan autónomos y pymes. Los cobros de las facturas en periodos demasiado prolongados es una de las mayores preocupaciones de los autónomos. A pesar de que contamos con una Ley de Morosidad, según ATA, el periodo medio de pago se establece en 89 semanas, lo cual son muchas más semanas que las 60 que se encuentran establecidas en la Ley.
Según va aumentando el tamaño de la empresa, los periodos de pago empeoran. Son precisamente las grandes empresas las que más tardan en pagar las facturas pendientes, según afirma ATA.
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