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Los últimos meses y acontecimientos han dejado hecho ver a las empresas la importancia de gestionar el almacén de la forma más inteligente posible. Más allá de que se produzca un problema en la logística o entrega de determinados productos, en momentos concretos, es importante que el almacén se aprovisione correctamente. Un aprovisionamiento correcto implica mantener el equilibrio entre las necesidades que deberán solventarse y la liquidez óptima para disponer del flujo de ingresos que se necesita para dar cobertura al stock adquirido.
Pablo Couso, director comercial de Datisa dice que “no tener la cantidad de stock suficiente implica no poder atender las demandas de los clientes y dejar pasar oportunidades de negocio. Almacenar demasiado stock, por el contrario, puede acarrear serios problemas de liquidez si no se consigue poner a tiempo en el mercado la mercancía que se guarda en el almacén”.
Cuando se trata de gestionar el almacén de un mayorista que funciona como el gran almacén del que se abastecen los clientes profesionales que dan servicio al cliente final, es crítico que la gestión sea aún más precisa por la relación de “dependencia” que se genera entre unos y otros. Que el mayorista tenga la capacidad de llegar al cliente final cuando lo demanda y con los productos que demanda, dependerá, fundamentalmente, de la organización de la reposición de stock de su gran almacén.
En este sentido, es importante que el aprovisionamiento esté basado en datos concretos sobre consumos periódicos o sobre compras por mínimos. Es lo que permitirá que los clientes con almacenes más pequeños se “relajen” al confiar en la gestión eficiente de sus mayoristas y puedan proporcionar un mejor servicio a su cliente final.
Por otra parte, trabajar con excesos de stock puede ocasionar problemas financieros graves. “El stock es uno de los principales activos financieros de la empresa. Si se convierte en un “bolsillo roto” los problemas financieros no tardarán en llegar. Muchas veces, los jefes de compras de los grandes almacenes de mayoristas se sienten tentados de comprar por volumen para conseguir mejores precios. Precios competitivos que se consiguen, almacenando mucho stock lo que implica, a su vez, un doble riesgo: dificultad para pagar al proveedor y falta de liquidez por la carencia del flujo de ingresos. Es un círculo vicioso que compromete la salud financiera del negocio”.
En este sentido, el director comercial de Datisa apunta a la coordinación entre los jefes de compra, los directores comerciales y, muy importante, los responsables financieros como una de las mejores estrategias posibles para optimizar la gestión del stock. La participación del entorno financiero resulta particularmente relevante para la organización ya que, serán los responsables de finanzas los encargados de orquestar un plan de financiación capaz de dar cobertura económica a las subidas y bajadas de los flujos de caja que se producen en el día a día de la empresa.
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