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Los ciberataques y las filtraciones de datos se han disparado desde la irrupción del coronavirus, y cuestan a la economía mundial más de un billón de dólares al año, frente a los 600.000 millones de dólares que suponían en 2018. Esta cantidad podría elevarse a los 10,5 billones en 2025.
La realidad ha hecho que la ciberseguridad esté ahora entre los riesgos que más preocupan a las empresas. En este contexto, los expertos de Linke, una compañía de Syntax, han preparado un decálogo con recomendaciones que ayudarán a las empresas a protegerse del cibercrimen.
- Desarrollar una estrategia completa y probarla. Es importante tener una visión de la estrategia de seguridad y desarrollar un plan integral que cubra todos puntos potencialmente vulnerables de la organización para poder ser proactivos, en lugar de reaccionar ante un posible ataque. La estrategia debe ir acompañada de los suficientes recursos para poder desplegarla y asegurarse de contar con la experiencia necesaria para que puedan probar que realmente se pueden prevenir los ataques. En esta autoevaluación juegan un importante papel las auditorías y los test de penetración aplicados a la infraestructura de TI.
- Asegurarse de tener visibilidad del entorno tecnológico. Frente a las ciberamenazas avanzadas, es importante tener una estructura consistente para detectar, monitorizar, gestionar y proteger la red corporativa, capaz de reducir al mínimo el tiempo de detección de una intrusión. Para ello será necesario ganar visibilidad de toda la red para identificar cualquier problema y evitar que se propague. La vía más común es utilizar sistemas de detección de intrusiones (IDS, en su acrónimo inglés), y estos deben estar correctamente configurados.
- Tratar de anticiparse a los ciberdelincuentes. Una postura de seguridad fuerte asegurará que la compañía pueda identificar, evaluar y remediar continuamente los riesgos y las amenazas en todo su entorno de TI. Se deben priorizar y abordarlos. Ya no se trata de si la empresa va a ser víctima de una brecha de seguridad, sino de con qué frecuencia y de qué gravedad. Por tanto, tiene que haber un plan de gestión de vulnerabilidades y aplicar con rapidez los parches que lanzan los proveedores de TI para evitar incidentes.
- Ser rápidos y aplicar inteligencia artificial. Las empresas deben ser más rápidas detectando y respondiendo a la amenazas, y eso lo pueden conseguir utilizando herramientas avanzadas de gestión de incidentes nativas en cloud (SIEM, en sus siglas inglesas) y soluciones de respuesta automatizada (SOAR), asistidas por tecnología inteligencia artificial y de aprendizaje automático.
- Tener o contratar un Centro de Operaciones de Seguridad (SOC). También es importante configurar un SOC internamente para futuros incidentes de seguridad o asociarse con un proveedor de servicios gestionados que tenga un SOC que pueda ayudar a monitorizar y gestionar la seguridad las 24 horas del día para reducir el riesgo de una filtración. Un SOC hace seguimiento del comportamiento de los usuarios y busca actividad inusual utilizando inteligencia artificial y machine learning; gestiona las vulnerabilidades; y verifica y valida que las soluciones de seguridad funcionan correctamente, están actualizadas y generan alarmas de seguridad.
- Implicar a la alta dirección. La ciberseguridad es hoy una de las principales preocupaciones corporativas y, en consecuencia, debe ser una prioridad de la alta dirección. Por este motivo, los directivos tienen que ser conscientes de lo que cuesta reducir los riesgos de seguridad y de lo que podría costarle a su organización un problema de seguridad.
- Formar a los empleados en ciberseguridad. Para proteger a la organización, la ciberseguridad debe formar parte de su ADN y cultura organizativa. Para ello, todos los empleados deben estar concienciados sobre su relevancia y ser formados para que puedan reconocer los ataques y evitarlos.
- Proteger los dispositivos. No solo hay que proteger las infraestructuras y la red. También hay que proteger todos los dispositivos, invirtiendo en soluciones de EDR, de detección y respuesta ante amenazas a nivel del endpoint.
- Soluciones de backup. Ninguna estrategia de ciberseguridad va a funcionar sin un plan de continuidad de negocio y de recuperación frente a desastres porque, ante un incidente de seguridad grave, va a permitir que la compañía recupere la actividad.
- No descartar la externalización de la ciberseguridad. Si no se tienen los recursos necesarios para blindar la empresa de ciberataques, subcontratar los servicios de seguridad de un experto puede ser una buena solución.
Linke, cada día más comprometida con la ciberseguridad empresarial
A finales de 2020, los especialistas de Linke incluyeron la ciberseguridad** en su listado de ocho tendencias cloud para este año, conscientes de que esta cuestión podría ser un freno para los procesos de digitalización empresariales y, por tanto, para la recuperación.
Como referente en migrar a cloud sistemas de gestión críticos, la firma aplica las mejores prácticas de despliegue en sus proyectos para evitar errores de configuración y accesos no autorizados que son, a día de hoy, las principales amenazas identificadas por las organizaciones. Además, para las empresas que operan entornos SAP en la plataforma de Amazon Web Services (AWS), ha desarrollado Emory Cloud Backup, una solución que agiliza las copias de seguridad SAP en AWS.
Por otro lado, a partir de la adquisición de la compañía por parte de Syntax el pasado mes de abril, la firma cuenta con el soporte del equipo del Centro de Operaciones de Seguridad (SOC) de Syntax***, que ofrece servicios de seguridad perimetral, protección del endpoint, evaluación y gestión de vulnerabilidades y gestión de incidentes (SIEM).
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