El índice de precios al consumo (IPC) marca la evolución de un conjunto de precios de los bienes y servicios que afectan a cada consumidor. Post COVID-19, la inflación podría provocar cambios estructurales en la economía española
AltoDirectivo
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Índice de Precios de Consumo (IPC) situó su tasa interanual en el 5,6 % en noviembre, dos décimas más que en octubre y su nivel más alto en 29 años, debido el encarecimiento de los alimentos y, en menor medida, de las gasolinas.
"Es que la crisis post COVID-19, sin duda, ha tenido un impacto duradero sobre el comportamiento de consumidores y empresas, que se han vuelto más cautos en sus decisiones de consumo e inversión", señala Yannick Charton, socio fundador de Valio Consulting.
El índice de precios al consumo (IPC) marca la evolución de un conjunto de precios de los bienes y servicios que afectan a cada consumidor. El Banco Central Europeo (BCE) es quien suele establecer que el IPC se mueva en torno al 2%, un nivel que se considera saludable para la evolución económica de cualquier país.
Para Charton, el mayor problema reside en que ''una tasa de inflación superior al 3% suele provocar desequilibrios importantes en las cuentas públicas, ya que una parte sustancial de la economía está indexada con la inflación, especialmente las pensiones, salario, costes energéticos, etc.".
En concreto, las grandes empresas trasladan los costos a los ciudadanos, los ahorristas ven cómo disminuye su patrimonio, al igual que los asalariados adquieren menor capacidad de compra con su nómina, ya que los salarios nominales no crecen en la misma proporción que el IPC.
A corto plazo, y pese a los problemas de medición y el cierre de mercados, el primer impacto ha sido la desinflación. A medio plazo, las presiones desinflacionistas han seguido dominando. A largo plazo, se esperan transformaciones y cambios en los patrones de consumo podrían provocar cambios estructurales.
Charton explica que ''todo apunta a que la inflación continuará en alza en los próximos meses y que empezará a sobreponerse gradualmente de la mano de la recuperación del conjunto de la economía''.
De esta manera, los cambios en la economía se plantean como permanentes, donde a nivel europeo es probable que se incentive la producción local de los bienes estratégicos como los medicamentos y los alimentos
''Sin duda, el impacto más duradero lo tiene el comportamiento de consumidores y empresas, que se volverán más cautos en sus decisiones de consumo e inversión, modificando los bienes que forman nuestra cesta de consumo'', finaliza el experto de la firma Valio Consulting.
*Si te ha resultado interesante este artículo, te animamos a seguirnos en TWITTER y a suscribirte a nuestra NEWSLETTER DIARIA.
Alto Directivo